El vértigo periférico, o Síndrome Vertiginoso Periférico, se denomina así cuando el vértigo va asociado a alguno de estos trastornos: neuritis vestibular (o neuronitis vestibular), VPPB (vértigo postural paroxístico benigno), enfermedad de Ménière, pseudo-Menière (epilepsia, Menière inicial, esclerosis múltiple), paroxismia vestibular, fístula perilinfática, conmoción laberíntica postraumática, ototoxicidad farmacológica, parálisis vestibular súbita, neurinoma del acústico, laberintitis, sarcoidosis, colesteatoma, herpes zoster ótico o tapones de cerumen. El comportamiento del vértigo suele ser súbito, de severidad intensa, con episodios intermitentes, se agrava con el movimiento corporal y va acompañado de náuseas y sudoración.