Es una infección aguda del torrente sanguíneo seguida de inflamación de los vasos sanguíneos provocada por la bacteria neisseria meningitidis, que se encuentra con frecuencia en el tracto respiratorio alto sin que provoque ningún signo visible de enfermedad. Se cree que algún suceso desencadena el comportamiento agresivo de la bacteria y provoca la aparición de casos esporádicos de meningococemia y de meningitis meningocócica. Esta infección se presenta con más frecuencia en época de invierno y comenzando la primavera. Se transmite de persona a persona a través de las gotitas respiratorias. El paciente se remitirá a la unidad de cuidados intensivos de un hospital, donde será sometido a pruebas como un hemocultivo, tinción de gran de cultivo positivo, biopsia de piel, análisis de orina y estudios de coagulación. El tratamiento una vez diagnosticada la septicemia, incluirá antibióticos intravenosos (IV) para eliminar la infección. Puede ser necesario reponer plaquetas o factores de coagulación si se desarrollan trastornos hemorrágicos.