Es una afección o lesión unilateral del vestíbulo, de causa desconocida e irreversible, que se caracteriza por la aparición brusca de vértigo, sin lesión del nervio facial y sin verse afectada normalmente la audición. Suele ir acompañada de dolor, atrofia muscular y otros fenómenos patológicos. El nervio vestibular es el encargado de conducir la información relacionada con los movimientos de la cabeza desde el oído interno hasta el cerebro, de modo que cuando uno de los dos nervios vestibulares se ve afectado, se ocasiona un desequilibrio entre ambos oídos, que suele ser el causante del vértigo.
Esta es la principal explicación que justifica que el síntoma más frecuente al inicio del trastorno sea un fuerte vértigo rotatorio continuo.
Los clásicos síntomas de vértigo y mareos, se suelen acompañar de otros como: náuseas y vómitos, desequilibrio intenso, reacciones neurovegetativas: nistagmo espontáneo, desviación muy clara de la marcha a ciegas, etc.
Si los síntomas persisten más de un mes o se suceden, el paciente deberia someterse a pruebas audiológicas como: una audiometría tonal (Sirve para diferenciar una Neuritis Vestibular de otros posibles diagnósticos), potenciales evocados auditivos, una electronistagmografía y/o una prueba calórica.
Si el médico intuyera una lesión central, el paciente se sometería a una resonancia magnética.
Durante la crisis de vértigo es importante permanecer en reposo, mantener un buen estado de hidratación, permanecer en una estancia con poca luz y tomar sedantes vestibulares para tratar las nauseas.