Otros nombres: Intolerancia a productos lácteos, Intolerancia a la leche
La intolerancia a la lactosa se debe a la disminución o ausencia de lactasa en el conducto digestivo. La causa puede ser congénita, por un error del metabolismo bastante raro, en el que la lactasa falta desde el nacimiento, o adquirida. Esta última puede ser parcial o total y puede iniciarse en la infancia, adolescencia o en la edad adulta. Puede deberse a una disminución progresiva de lactasa en las células de la mucosa intestinal a partir de los dos o tres años de edad, sin que se conozca la causa, o como consecuencia de una agresión a la mucosa intestinal por un virus, bacterias, antibióticos o quimioterapia, diarreas infecciosas, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, enfermedad celíaca, ingesta excesiva de alcohol, etc. Los síntomas comunes, que comienzan aproximadamente de 30 minutos a dos horas después del consumo de alimentos o bebidas que contienen lactosa, pueden incluir: náuseas, cólicos, distensión gaseosa, gases o diarrea. La intensidad de los síntomas varía según la cantidad de lactosa consumida y la cantidad que cada individuo puede tolerar. Aunque no hay un tratamiento para mejorar la capacidad del cuerpo de producir lactasa, los síntomas causados por la intolerancia a la lactosa con frecuencia pueden controlarse con una dieta apropiada.
La intolerancia a la lactosa se debe a la disminución o ausencia de lactasa en el conducto digestivo. La causa puede ser congénita, por un error del metabolismo bastante raro, en el que la lactasa falta desde el nacimiento, o adquirida. Esta última puede ser parcial o total y puede iniciarse en la infancia, adolescencia o en la edad adulta. Puede deberse a una disminución progresiva de lactasa en las células de la mucosa intestinal a partir de los dos o tres años de edad, sin que se conozca la causa, o como consecuencia de una agresión a la mucosa intestinal por un virus, bacterias, antibióticos o quimioterapia, diarreas infecciosas, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, enfermedad celíaca, ingesta excesiva de alcohol, etc. Los síntomas comunes, que comienzan aproximadamente de 30 minutos a dos horas después del consumo de alimentos o bebidas que contienen lactosa, pueden incluir: náuseas, cólicos, distensión gaseosa, gases o diarrea. La intensidad de los síntomas varía según la cantidad de lactosa consumida y la cantidad que cada individuo puede tolerar. Aunque no hay un tratamiento para mejorar la capacidad del cuerpo de producir lactasa, los síntomas causados por la intolerancia a la lactosa con frecuencia pueden controlarse con una dieta apropiada.