El prepucio es la parte que cubre el glande y el resto del pene. Cuando se padece de fimosis, el orificio del prepucio no es lo suficientemente amplio como para que el glande pueda asomarse de forma natural cuando el pene está erecto. Por tanto, el prepucio queda adherido, como atrapado, y no puede descender fácilmente provocando dolor, inflamación o incluso sangrado por desgarro.