Conocida como osteoartritis, la enfermedad articular degenerativa es un trastorno articular bastante común. Es una enfermedad cuyo origen es todavía desconocido, y está relacionada principalmente con el envejecimiento, pero los factores metabólicos, genéticos, químicos y mecánicos también pueden llevar a su desarrollo. Los síntomas suelen aparecer en personas de mediana edad. Antes de los 55 años, la enfermedad ocurre por igual en ambos sexos. Sin embargo, pasados los 55 es más común en las mujeres. La enfermedad articular degenerativa genera un desgaste en el cartílago localizado entre las articulaciones de los huesos. A medida que la enfermedad empeora, el cartílago desaparece y los huesos se rozan entre sí. Generalmente, se desarrollan espolones óseos alrededor de la articulación.
La osteoartritis se clasifica como primaria o secundaria.
La osteoartritis primaria ocurre sin ningún tipo de lesión o causa obvia, mientras que la osteoartritis secundaria se debe a otra enfermedad o afección, y sus causas más comunes son: trastornos inflamatorios como la artritis séptica, lesiones, trastornos metabólicos o problemas anatómicos.
Los síntomas de la enfermedad articular degenerativa son, entre otros: dolor articular profundo que empeora después del ejercicio o de soportar un peso y se alivia con el reposo, Chasquido de la articulación con el movimiento, dolor articular cuando el clima es lluvioso, inflamación articular, movimiento limitado y rigidez. Para el diagnóstico de la enfermedad, una radiografía de las articulaciones afectadas mostrará pérdida del espacio articular y, en casos avanzados, desgaste de los extremos del hueso y espolones óseos.