Soy Elisa Caballero, de madre Británica y padre Jerezano. Tengo la influencia de las dos culturas, además de ser una madrileña que lleva más de 18 años en Granada.
Soy Licenciada en Psicología por la Universidad de Granada. En la carrera aprendí la complejidad de lo que somos. Libros y libros que hablan de nuestro comportamiento. También quise desaprender los aspectos formales de tanta información y poner más corazón en el proceso. De la carrera salí con necesidad de poner una mirada más amplia, de entenderme a través del contexto social en el que vivo. También con necesidad de conocer más referentes de mujeres y poder situarme en el mundo. Esto me llevó a estudiar un máster de género y estudios de las mujeres donde pude aprender de la violencia estructural que nos atraviesa. Esta etapa de mi vida tiene una mirada puesta muy en lo social, así que continué mis estudios con un máster de intervención en violencia de género. Gracias a este máster pude aprender a poner un cómo en la actuación y la complejidad de ir más allá de la teoría.
A partir de 2017 comencé mi andadura en un proceso de conocimiento de mí misma a través de la formación en terapia Gestalt y un prebásico de educación emocional.
La Gestalt es un camino de conocimiento personal donde vas adquiriendo el aprendizaje de un modo de vida, además de las herramientas para poder acompañar a otras personas. Experimenté una mirada hacía mí, poder nombrar las emociones y darles un espacio propio. En este camino de vida, voy aprendiendo que enfermamos en las relaciones, pero también sanamos en ellas. Aprendo a cuidar y tratar las heridas con el cariño y el respeto que merecen y a honrar y desprenderme de mis mecanismos y patrones.
Desde este lugar, mi forma de entender la psicología tiene que ver más con una mirada humanista, donde el síntoma es el indicativo de que algo más profundo nos está pasando, y es gracias a aquello que hace de "sirena de emergencia" que podemos ir a descubrirlo y entenderlo.
Siguiendo en este bagaje personal, a lo largo de estos años, he completado el proceso SAT, Psicología de los Eneatipos, Fundación Claudio Naranjo, donde aprendí mirando al carácter de cerca. Descubrí como ir hacia una expresión más auténtica y amorosa de mí misma. También a poner una mirada más espiritual y contemplativa en el proceso.
Cuando hace años comencé a trabajar como psicóloga y terapeuta Gestalt, me di cuenta de la importancia de poner una mirada más amplia sobre quienes somos y de donde venimos. Me formé en terapia sistémica, lo que me permitió entender la importancia de considerar a la familia, los roles que ocupamos en esta y la gran influencia que tiene sobre cada unx de nosotrxs. Lo que aprendemos en la familia, como primer grupo de pertenencia, rige mucho cómo nos desenvolvemos en el mundo y habla de cómo nos relacionamos en la vida adulta en nuestras relaciones y con nosotrxs mismxs.
Puesta la mirada en este aprendizaje, con todas nuestras vivencias y experiencias vitales, me formé en Trauma a través del modelo Aleceia. En esta formación aprendí que el trauma no tiene que ver tanto con aquello que nos pasó, sino cómo el acontecimiento o acontecimientos sobrepasaron los mecanismo de afrontamiento y la experiencia no pudo ser digerida. Aprendí la absoluta importancia de la compasión para poder acompañar a la persona a un contacto interno y profundo de sus experiencias.
Soy una persona curiosa, con mucha hambre de aprender sobre las diferentes áreas que me atraviesan. Así es como se va construyendo mi aprendizaje como persona y psicóloga. Como veréis, mi recorrido profesional está estrechamente ligado a quien soy y cómo se conforma mi identidad, mi forma de vida.