Dra. Claudia De La Torre Trillo

¿Sigues sin saber qué le pasa a tu hijo?
¿No consigues que mejore?

¿Has dado mil vueltas de especialista en especialista, de centro en centro y de
prueba en prueba para averiguar qué le ocurre?
¿No consigues un diagnóstico definitivo?

¿Te preguntas cuales son las causas de sus problemas y cómo ayudarle?

Lo compruebo a diario en mi día a día: familias preocupadas por sus hijos, que necesitan información honesta, implicación profesional y trato cercano.

Después de varios años como especialista puedo afirmar que sigue siendo
muy necesario avanzar en la comunicación a la sociedad sobre los problemas neurológicos infantiles.

Sin embargo, esto es complejo debido a la gran variedad de trastornos que
existen, lo difícil de su detección y diagnóstico y el enorme desconocimiento
de la inmensa mayoría de ellos.

Elegí dedicarme a esta especialidad dentro de la Fisioterapia por las características de los pacientes y las familias con los que traté en el hospital.
Cuando todavía era estudiante en practicas, viví algunas experiencias que me
marcaron personalmente y decidieron el camino que me llevó hasta la parálisis cerebral, las alternaciones del desarrollo y los trastornos en los cuales se veían afectadas la adquisición de habilidades funcionales.

Sin duda alguno, uno de los mayores aprendizajes lo consigo a medid que
escucho lo que las familias de los niños comparten conmigo.
Creo firmemente que el terapeuta que trata con niños debe creer en los padres y en su testimonio hasta que se demuestre lo contrario, aunque las pruebas médicas no arrojen resultados definitivos.

¿Por qué?
Sencillamente porque son ellos los que mejor conocen a sus hijos, lo que detectan los cambios de comportamiento y actitud y los que reconocen de forma inmediata cuándo algo no va bien.

Si algo no va como debería, es labor del médico especialista implicarse hasta dar con la solución

¿Qué método aplico en mi consulta?

“Mi Filosofía, Información y Resultados” creo que es una de las claves para lograr la satisfacción de las familias, contando con la motivación y el juego
como herramientas fundamentales.

En cuanto a la Terapia Bobath, me decidí a realizar este postgrado, después
de ver y poder estar en formación en un centro donde se aplicaba y comprobar de primera mano los resultados que tenían con estas técnicas,
basadas en el reaprendizaje sensorio-motor, facilitación del movimiento mediante técnicas de estimulación táctiles y propioceptivas y participación activa por parte del niño.

¿Qué quiero transmitir con ello?

Algo que para mí es esencial: honestidad, calidad y compromiso.
Cuento las cosas tal como son, oriento en todo el proceso y estoy a disposición de los familiares y pacientes para resolver todas las dudas que
surgen por el camino (que no son pocas, como es normal).
Todo esto se agradece. Y yo no podría hacerlo de otro modo, porque me
pongo en tu lugar y sé lo que sientes.
Lo cierto es que los buenos resultados no se basan en trucos ni en magia, sino
en estudio, experiencia y aprendizaje, con una buena dosis de trabajo serio y
de confianza.
Con ese trabajo previo, el proceso se centra en 3 pilares. Informar de nuestro enfoque de trabajo: así la familia sabe a qué atenerse cuando viene a mi consulta.
Realizar una evaluación integral, sincera y adaptada a las necesidades de
cada situación.
Ofrecer unos resultados satisfactorios en función de las circunstancias de
cada familia y de cada paciente.
¿Por qué sigo estos pasos?
Porque las familias son las auténticas responsables de la salud de sus hijos.
Para que una familia tome una determinada decisión sobre la salud de su hijo
debe ser consciente de todas las circunstancias que intervienen en ella.
¿Funciona esta terapia?
Júzgalo tú mismo.