Actualmente, las personas vivimos más años gracias a los avances de la medicina y la tecnología.
Esta situación, nos hace más vulnerables de sufrir eventos adversos como la separación/pérdida de nuestros cónyuges, familiares y amigos, retirada del entorno laboral, enfermedades incapacitantes, etc., es decir: separación/pérdida de la red social de calidad que habíamos tejido con tanto cariño a lo largo de nuestra vida.
Según el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES), en España se estima que las personas mayores de 75 años se ven afectadas por esta situación en un 12,2%. La sociedad debe sensibilizarse con este problema, detectarlo y actuar.
Lograr hacer frente y darle la vuelta a esta situación, nos permitirá volver a generar un entorno social favorable y disfrutar de una buena calidad de vida.
Se trata de una sensación subjetiva de abandono, melancolía, tristeza, vacío, dolor emocional, etc., que perciben las personas que se sienten solas o apartadas de sus iguales.
Hago hincapié en “sensación subjetiva”, porque las personas podemos estar rodeadas de mucha gente y aun así sentirnos solas.
Desde mi experiencia me gustaría dividir las causas en:
En este caso me gustaría hacer una distinción en 3 niveles:
En primer lugar, es necesario comprender que las personas que se encuentran en esta situación de soledad no deseada se sienten vulnerables, indefensas y en muchas ocasiones sin fuerzas o sin recursos para provocar un cambio en su vida, por ello es necesario:
La sociedad española, cada vez está más sensibilizada con este problema y ha puesto en marcha diferentes recursos comunitarios como actividades de voluntariado, grupales, atención domiciliaria, centros de día, viajes, formación, etc., que permitan a las personas relacionarse y participar de forma activa en su comunidad.
Si conoces a una persona que pueda estar sufriendo soledad no deseada es necesario tomar conciencia de esta situación e intervenir de forma inmediata, acudiendo, por ejemplo, a un recurso comunitario.
Las personas humanas, somos seres intrínsecamente sociales desde que nacemos: nada más nacer ya intentamos relacionarnos con nuestro entorno y esto nos permite aprender, avanzar y crecer como personas.
A lo largo de nuestra vida, las relaciones sociales favorecen el sentimiento de pertenencia a un grupo y de valía personal.
Cuando por diferentes motivos, perdemos estas oportunidades de relacionarnos y de sentirnos necesarios, aparecen los sentimientos de soledad no deseada.¡Nosotros no queremos sentirnos así!
Pero la realidad es que nos encontramos sufriendo esta situación, por ello te animó a pedir ayuda a un psicólogo, ya que con la ayuda y las herramientas necesarias…¡Se puede salir de la soledad no deseada!
Soledad ES. (2023). El coste de la soledad no deseada en España.
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