Angie Garrido Mubayed

El asesoramiento dietético es el espacio que tiene el paciente para poder manifestar sus necesidades, metas y dudas vinculadas con su proceso de cambio de hábitos nutricionales. Como profesional, mi tarea es escuchar activamente al paciente, tomar en cuenta todas sus manifestaciones y educarle en lo que mi área me respecta, para que pueda tener las herramientas necesarias que le impulsen a un cambio que perdure en el tiempo. Así mismo, en el asesoramiento dietético presencial, si el paciente así lo desea, se dispone de un momento para realizar el pesaje y tomar las medidas, para poder tener un control de su evolución, sin olvidar en todo momento, que también es importante la evolución en otros aspectos que involucran sensaciones del día a día que manifiestan que se están percibiendo las metas que se deseaban alcanzar. En la asesoría online, se siguen persiguiendo los mismos objetivos, sólo que sin poder realizar el pesaje y la toma de medidas.

La base primordial de cualquier plan dietético que elaboro se fundamenta en una alimentación saludable, entendiendo por alimentación saludable, aquella que logra adaptar las recomendaciones estipuladas para la población general con las necesidades y gustos particulares de cada paciente, de tal forma que pueda ser completamente personalizada y de fácil adhesión para el paciente. A mi parecer, una alimentación saludable, es también aquella en la que el paciente establece una buena relación con los alimentos, a través de la desmitificación de que existen alimentos buenos y malos.

Dependiendo de los objetivos del paciente, se adapta el plan dietético a un menú que favorezca la ganancia muscular, la definición muscular o el mantenimiento de una composición corporal determinada. Para poder alcanzar los objetivos que el paciente desee, no sólo basta de una dieta que se adapte, sino que ésta se debe complementar con un plan de entrenamiento que se pueda llevar acabo con constancia y compromiso, siendo ideal que pueda ser supervisado por un profesional de este ámbito.

En el seguimiento, el paciente tiene el espacio para comentar cómo se ha sentido con la evolución del tratamiento, si hay cambios que desea que se tomen en cuenta en el plan dietético, así como cualquier duda que le pueda surgir.

La dieta constituye un factor determinante en los valores de colesterol en sangre, sin embargo, no es el único, ya que intervienen factores genéticos, ambientales y entre otros hábitos, el nivel de actividad física del paciente, así como, el consumo de alcohol y el tabaco. En consulta trataremos en todo momento de fomentar una dieta rica en grasas insaturadas y fibra soluble, para ayudar al control de los niveles de colesterol, pero sin dejar de tomar en cuenta los gustos del paciente.

Las intolerancias y alergias alimentarias representan cada vez más un problema en la salud mundial, y en muchas ocasiones, no se les da la importancia que realmente merecen, así como tampoco se dispone de recursos para educar al paciente ante las manifestaciones provocadas por estas patologías. El inconveniente con aquellas patologías que no se manifiestan por la actividad autoinmune del organismo (como en el caso de la celiaquía), sino que se manifiestan con síntomas más leves (distensión abdominal, gases, dolor de abdomen, diarrea, entre otros), si no son tratados pueden generar una disminución progresiva de la capacidad intestinal para poder absorber estos compuestos que producen intolerancia. Cuidar y en la medida de lo posible, regenerar la microbiota intestinal, puede ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente.

El colon irritable o también conocido como Síndrome de Intestino Irritable (SII) es, basándonos en el Rome IV criteria, un trastorno funcional intestinal en el que el dolor abdominal recurrente se asocia con la defecación o un cambio en los hábitos intestinales. Los trastornos de hábitos intestinales (por ejemplo, estreñimiento, diarrea o una combinación de estreñimiento y diarrea) son típicamente presentes, junto con síntomas de hinchazón/distensión abdominal. Es una patología que puede ocurrir sin signos visibles de daño en el tracto digestivo, aunque frecuentemente puede cursar con inflamación. Por lo tanto, no se debe confundir con las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII), que se caracterizan por una inflamación crónica, la activación de la respuesta inmune y cambios en la integridad del intestino. Dentro de éstas, las más conocidas son la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa. Para el diagnóstico del colon irritable, no hay una única forma de hacerlo, y es importante que el diagnóstico no sea de exclusión, sino diferencial, ya que se deben tomar en cuenta otros trastornos digestivos y/o patologías que pueden presentarse al mismo tiempo (p.e. intolerancias, hipertiroidismo, enfermedades neurológicas, entre otras). Lo más importante es que sea llevado a cabo por un médico especializado, y ya luego en función de su diagnóstico, entra mi rol como dietista, elaborando un plan dietético que se adapte a los gustos y necesidades del paciente conjuntamente con lo que requerimientos de la patología.

Las dislipemias se refieren genéricamente a una elevación de los niveles plasmáticos de colesterol y de triglicéridos, o de ambos a la vez, aunque en la asistencia se utilicen estos términos indistintamente. Como comentaba anteriormente para la hipercolesterolemia, y ahora para los niveles de triglicéridos, éstos están influidos por factores genéticos y ambientales. A su vez, se pueden manifestar como una patología primaria (se expresan como resultado de una alteración genética afectada por factores ambientales) o secundaria (que presentan otra patología de base, p.e. Diabetes mellitus). Dependiendo del caso en concreto del paciente, las medidas a tomar con respecto al plan dietético son diferentes, sin embargo, lo que es indistinto para cada patología es la importancia de establecer hábitos de vida saludables.

Una mujer puede atravesar la menopausia y no presentar síntomas apreciables en el proceso de cambio, sin embargo, hay una gran población que cuando se encuentra en este proceso, experimenta con los cambios hormonales: sudoraciones, sofocos, cambios en el estado de animo, problemas de sueño y bien aumento de peso, mayoritariamente en la zona centra o abdominal del cuerpo, entre otros más. En cualquiera de estos casos, acudir a un profesional de la nutrición, es una medida preventiva que le asegura a la paciente una mejor gestión de estos cambios, además de que le ayuda a crear consciencia sobre la importancia que ahora recae en ella para mantener unos niveles adecuados de calcio que le permitan mantener sus huesos sanos y fuertes, y eso se logra con una ingesta diaria de alimentos ricos en calcio, así como, con la realización de ejercicios de fuerza.

La base primordial de cualquier plan dietético que elaboro se fundamenta en una alimentación saludable, entendiendo por alimentación saludable, aquella que logra adaptar las recomendaciones estipuladas para la población general con las necesidades y gustos particulares de cada paciente, de tal forma que pueda ser completamente personalizada y de fácil adhesión para el paciente. A mi parecer, una alimentación saludable, es también aquella en la que el paciente establece una buena relación con los alimentos, a través de la desmitificación de que existen alimentos buenos y malos.

Dependiendo de los objetivos del paciente, se adapta el plan dietético a un menú que favorezca la ganancia muscular, la definición muscular o el mantenimiento de una composición corporal determinada. Para poder alcanzar los objetivos que el paciente desee, no sólo basta de una dieta que se adapte, sino que ésta se debe complementar con un plan de entrenamiento que se pueda llevar acabo con constancia y compromiso, siendo ideal que pueda ser supervisado por un profesional de este ámbito.

En la primera visita, se realiza la entrevista dietética, se comentan los gustos y necesidades del paciente, se establecen los objetivos que le motivaron a acudir a la consulta y si el paciente lo desea, en la entrevista presencial, se realiza el pesaje y la toma de medidas.

En el seguimiento, el paciente tiene el espacio para comentar cómo se ha sentido con la evolución del tratamiento, si hay cambios que desea que se tomen en cuenta en el plan dietético, así como cualquier duda que le pueda surgir. Y si el paciente así lo desea, se le realiza el seguimiento del peso (peso y porcentaje de masa grasa), así como, se toman las medidas de cintura y cadera, que ayudan a valorar el progreso.

La dieta constituye un factor determinante en los valores de colesterol en sangre, sin embargo, no es el único, ya que intervienen factores genéticos, ambientales y entre otros hábitos, el nivel de actividad física del paciente, así como, el consumo de alcohol y el tabaco. En consulta trataremos en todo momento de fomentar una dieta rica en grasas insaturadas y fibra soluble, para ayudar al control de los niveles de colesterol, pero sin dejar de tomar en cuenta los gustos del paciente.

Las intolerancias y alergias alimentarias representan cada vez más un problema en la salud mundial, y en muchas ocasiones, no se les da la importancia que realmente merecen, así como tampoco se dispone de recursos para educar al paciente ante las manifestaciones provocadas por estas patologías. El inconveniente con aquellas patologías que no se manifiestan por la actividad autoinmune del organismo (como en el caso de la celiaquía), sino que se manifiestan con síntomas más leves (distensión abdominal, gases, dolor de abdomen, diarrea, entre otros), si no son tratados pueden generar una disminución progresiva de la capacidad intestinal para poder absorber estos compuestos que producen intolerancia. Cuidar y en la medida de lo posible, regenerar la microbiota intestinal, puede ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente.

El colon irritable o también conocido como Síndrome de Intestino Irritable (SII) es, basándonos en el Rome IV criteria, un trastorno funcional intestinal en el que el dolor abdominal recurrente se asocia con la defecación o un cambio en los hábitos intestinales. Los trastornos de hábitos intestinales (por ejemplo, estreñimiento, diarrea o una combinación de estreñimiento y diarrea) son típicamente presentes, junto con síntomas de hinchazón/distensión abdominal. Es una patología que puede ocurrir sin signos visibles de daño en el tracto digestivo, aunque frecuentemente puede cursar con inflamación. Por lo tanto, no se debe confundir con las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII), que se caracterizan por una inflamación crónica, la activación de la respuesta inmune y cambios en la integridad del intestino. Dentro de éstas, las más conocidas son la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa. Para el diagnóstico del colon irritable, no hay una única forma de hacerlo, y es importante que el diagnóstico no sea de exclusión, sino diferencial, ya que se deben tomar en cuenta otros trastornos digestivos y/o patologías que pueden presentarse al mismo tiempo (p.e. intolerancias, hipertiroidismo, enfermedades neurológicas, entre otras). Lo más importante es que sea llevado a cabo por un médico especializado, y ya luego en función de su diagnóstico, entra mi rol como dietista, elaborando un plan dietético que se adapte a los gustos y necesidades del paciente conjuntamente con lo que requerimientos de la patología.

Las dislipemias se refieren genéricamente a una elevación de los niveles plasmáticos de colesterol y de triglicéridos, o de ambos a la vez, aunque en la asistencia se utilicen estos términos indistintamente. Como comentaba anteriormente para la hipercolesterolemia, y ahora para los niveles de triglicéridos, éstos están influidos por factores genéticos y ambientales. A su vez, se pueden manifestar como una patología primaria (se expresan como resultado de una alteración genética afectada por factores ambientales) o secundaria (que presentan otra patología de base, p.e. Diabetes mellitus). Dependiendo del caso en concreto del paciente, las medidas a tomar con respecto al plan dietético son diferentes, sin embargo, lo que es indistinto para cada patología es la importancia de establecer hábitos de vida saludables.

Una mujer puede atravesar la menopausia y no presentar síntomas apreciables en el proceso de cambio, sin embargo, hay una gran población que cuando se encuentra en este proceso, experimenta con los cambios hormonales: sudoraciones, sofocos, cambios en el estado de animo, problemas de sueño y bien aumento de peso, mayoritariamente en la zona centra o abdominal del cuerpo, entre otros más. En cualquiera de estos casos, acudir a un profesional de la nutrición, es una medida preventiva que le asegura a la paciente una mejor gestión de estos cambios, además de que le ayuda a crear consciencia sobre la importancia que ahora recae en ella para mantener unos niveles adecuados de calcio que le permitan mantener sus huesos sanos y fuertes, y eso se logra con una ingesta diaria de alimentos ricos en calcio, así como, con la realización de ejercicios de fuerza.

La base primordial de cualquier plan dietético que elaboro se fundamenta en una alimentación saludable, entendiendo por alimentación saludable, aquella que logra adaptar las recomendaciones estipuladas para la población general con las necesidades y gustos particulares de cada paciente, de tal forma que pueda ser completamente personalizada y de fácil adhesión para el paciente. A mi parecer, una alimentación saludable, es también aquella en la que el paciente establece una buena relación con los alimentos, a través de la desmitificación de que existen alimentos buenos y malos.

Dependiendo de los objetivos del paciente, se adapta el plan dietético a un menú que favorezca la ganancia muscular, la definición muscular o el mantenimiento de una composición corporal determinada. Para poder alcanzar los objetivos que el paciente desee, no sólo basta de una dieta que se adapte, sino que ésta se debe complementar con un plan de entrenamiento que se pueda llevar acabo con constancia y compromiso, siendo ideal que pueda ser supervisado por un profesional de este ámbito.

En la primera visita, se realiza la entrevista dietética, se comentan los gustos y necesidades del paciente, se establecen los objetivos que le motivaron a acudir a la consulta y si el paciente lo desea, en la entrevista presencial, se realiza el pesaje y la toma de medidas.

En el seguimiento, el paciente tiene el espacio para comentar cómo se ha sentido con la evolución del tratamiento, si hay cambios que desea que se tomen en cuenta en el plan dietético, así como cualquier duda que le pueda surgir. Y si el paciente así lo desea, se le realiza el seguimiento del peso (peso y porcentaje de masa grasa), así como, se toman las medidas de cintura y cadera, que ayudan a valorar el progreso.

La dieta constituye un factor determinante en los valores de colesterol en sangre, sin embargo, no es el único, ya que intervienen factores genéticos, ambientales y entre otros hábitos, el nivel de actividad física del paciente, así como, el consumo de alcohol y el tabaco. En consulta trataremos en todo momento de fomentar una dieta rica en grasas insaturadas y fibra soluble, para ayudar al control de los niveles de colesterol, pero sin dejar de tomar en cuenta los gustos del paciente.

Las intolerancias y alergias alimentarias representan cada vez más un problema en la salud mundial, y en muchas ocasiones, no se les da la importancia que realmente merecen, así como tampoco se dispone de recursos para educar al paciente ante las manifestaciones provocadas por estas patologías. El inconveniente con aquellas patologías que no se manifiestan por la actividad autoinmune del organismo (como en el caso de la celiaquía), sino que se manifiestan con síntomas más leves (distensión abdominal, gases, dolor de abdomen, diarrea, entre otros), si no son tratados pueden generar una disminución progresiva de la capacidad intestinal para poder absorber estos compuestos que producen intolerancia. Cuidar y en la medida de lo posible, regenerar la microbiota intestinal, puede ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente.

El colon irritable o también conocido como Síndrome de Intestino Irritable (SII) es, basándonos en el Rome IV criteria, un trastorno funcional intestinal en el que el dolor abdominal recurrente se asocia con la defecación o un cambio en los hábitos intestinales. Los trastornos de hábitos intestinales (por ejemplo, estreñimiento, diarrea o una combinación de estreñimiento y diarrea) son típicamente presentes, junto con síntomas de hinchazón/distensión abdominal. Es una patología que puede ocurrir sin signos visibles de daño en el tracto digestivo, aunque frecuentemente puede cursar con inflamación. Por lo tanto, no se debe confundir con las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII), que se caracterizan por una inflamación crónica, la activación de la respuesta inmune y cambios en la integridad del intestino. Dentro de éstas, las más conocidas son la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa. Para el diagnóstico del colon irritable, no hay una única forma de hacerlo, y es importante que el diagnóstico no sea de exclusión, sino diferencial, ya que se deben tomar en cuenta otros trastornos digestivos y/o patologías que pueden presentarse al mismo tiempo (p.e. intolerancias, hipertiroidismo, enfermedades neurológicas, entre otras). Lo más importante es que sea llevado a cabo por un médico especializado, y ya luego en función de su diagnóstico, entra mi rol como dietista, elaborando un plan dietético que se adapte a los gustos y necesidades del paciente conjuntamente con lo que requerimientos de la patología.

Las dislipemias se refieren genéricamente a una elevación de los niveles plasmáticos de colesterol y de triglicéridos, o de ambos a la vez, aunque en la asistencia se utilicen estos términos indistintamente. Como comentaba anteriormente para la hipercolesterolemia, y ahora para los niveles de triglicéridos, éstos están influidos por factores genéticos y ambientales. A su vez, se pueden manifestar como una patología primaria (se expresan como resultado de una alteración genética afectada por factores ambientales) o secundaria (que presentan otra patología de base, p.e. Diabetes mellitus). Dependiendo del caso en concreto del paciente, las medidas a tomar con respecto al plan dietético son diferentes, sin embargo, lo que es indistinto para cada patología es la importancia de establecer hábitos de vida saludables.

Una mujer puede atravesar la menopausia y no presentar síntomas apreciables en el proceso de cambio, sin embargo, hay una gran población que cuando se encuentra en este proceso, experimenta con los cambios hormonales: sudoraciones, sofocos, cambios en el estado de animo, problemas de sueño y bien aumento de peso, mayoritariamente en la zona centra o abdominal del cuerpo, entre otros más. En cualquiera de estos casos, acudir a un profesional de la nutrición, es una medida preventiva que le asegura a la paciente una mejor gestión de estos cambios, además de que le ayuda a crear consciencia sobre la importancia que ahora recae en ella para mantener unos niveles adecuados de calcio que le permitan mantener sus huesos sanos y fuertes, y eso se logra con una ingesta diaria de alimentos ricos en calcio, así como, con la realización de ejercicios de fuerza.

La base primordial de cualquier plan dietético que elaboro se fundamenta en una alimentación saludable, entendiendo por alimentación saludable, aquella que logra adaptar las recomendaciones estipuladas para la población general con las necesidades y gustos particulares de cada paciente, de tal forma que pueda ser completamente personalizada y de fácil adhesión para el paciente. A mi parecer, una alimentación saludable, es también aquella en la que el paciente establece una buena relación con los alimentos, a través de la desmitificación de que existen alimentos buenos y malos.

Dependiendo de los objetivos del paciente, se adapta el plan dietético a un menú que favorezca la ganancia muscular, la definición muscular o el mantenimiento de una composición corporal determinada. Para poder alcanzar los objetivos que el paciente desee, no sólo basta de una dieta que se adapte, sino que ésta se debe complementar con un plan de entrenamiento que se pueda llevar acabo con constancia y compromiso, siendo ideal que pueda ser supervisado por un profesional de este ámbito.

En la primera visita, se realiza la entrevista dietética, se comentan los gustos y necesidades del paciente, se establecen los objetivos que le motivaron a acudir a la consulta y si el paciente lo desea, en la entrevista presencial, se realiza el pesaje y la toma de medidas.

En el seguimiento, el paciente tiene el espacio para comentar cómo se ha sentido con la evolución del tratamiento, si hay cambios que desea que se tomen en cuenta en el plan dietético, así como cualquier duda que le pueda surgir. Y si el paciente así lo desea, se le realiza el seguimiento del peso (peso y porcentaje de masa grasa), así como, se toman las medidas de cintura y cadera, que ayudan a valorar el progreso.

La dieta constituye un factor determinante en los valores de colesterol en sangre, sin embargo, no es el único, ya que intervienen factores genéticos, ambientales y entre otros hábitos, el nivel de actividad física del paciente, así como, el consumo de alcohol y el tabaco. En consulta trataremos en todo momento de fomentar una dieta rica en grasas insaturadas y fibra soluble, para ayudar al control de los niveles de colesterol, pero sin dejar de tomar en cuenta los gustos del paciente.

Las intolerancias y alergias alimentarias representan cada vez más un problema en la salud mundial, y en muchas ocasiones, no se les da la importancia que realmente merecen, así como tampoco se dispone de recursos para educar al paciente ante las manifestaciones provocadas por estas patologías. El inconveniente con aquellas patologías que no se manifiestan por la actividad autoinmune del organismo (como en el caso de la celiaquía), sino que se manifiestan con síntomas más leves (distensión abdominal, gases, dolor de abdomen, diarrea, entre otros), si no son tratados pueden generar una disminución progresiva de la capacidad intestinal para poder absorber estos compuestos que producen intolerancia. Cuidar y en la medida de lo posible, regenerar la microbiota intestinal, puede ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente.

El colon irritable o también conocido como Síndrome de Intestino Irritable (SII) es, basándonos en el Rome IV criteria, un trastorno funcional intestinal en el que el dolor abdominal recurrente se asocia con la defecación o un cambio en los hábitos intestinales. Los trastornos de hábitos intestinales (por ejemplo, estreñimiento, diarrea o una combinación de estreñimiento y diarrea) son típicamente presentes, junto con síntomas de hinchazón/distensión abdominal. Es una patología que puede ocurrir sin signos visibles de daño en el tracto digestivo, aunque frecuentemente puede cursar con inflamación. Por lo tanto, no se debe confundir con las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII), que se caracterizan por una inflamación crónica, la activación de la respuesta inmune y cambios en la integridad del intestino. Dentro de éstas, las más conocidas son la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa. Para el diagnóstico del colon irritable, no hay una única forma de hacerlo, y es importante que el diagnóstico no sea de exclusión, sino diferencial, ya que se deben tomar en cuenta otros trastornos digestivos y/o patologías que pueden presentarse al mismo tiempo (p.e. intolerancias, hipertiroidismo, enfermedades neurológicas, entre otras). Lo más importante es que sea llevado a cabo por un médico especializado, y ya luego en función de su diagnóstico, entra mi rol como dietista, elaborando un plan dietético que se adapte a los gustos y necesidades del paciente conjuntamente con lo que requerimientos de la patología.

Las dislipemias se refieren genéricamente a una elevación de los niveles plasmáticos de colesterol y de triglicéridos, o de ambos a la vez, aunque en la asistencia se utilicen estos términos indistintamente. Como comentaba anteriormente para la hipercolesterolemia, y ahora para los niveles de triglicéridos, éstos están influidos por factores genéticos y ambientales. A su vez, se pueden manifestar como una patología primaria (se expresan como resultado de una alteración genética afectada por factores ambientales) o secundaria (que presentan otra patología de base, p.e. Diabetes mellitus). Dependiendo del caso en concreto del paciente, las medidas a tomar con respecto al plan dietético son diferentes, sin embargo, lo que es indistinto para cada patología es la importancia de establecer hábitos de vida saludables.

Una mujer puede atravesar la menopausia y no presentar síntomas apreciables en el proceso de cambio, sin embargo, hay una gran población que cuando se encuentra en este proceso, experimenta con los cambios hormonales: sudoraciones, sofocos, cambios en el estado de animo, problemas de sueño y bien aumento de peso, mayoritariamente en la zona centra o abdominal del cuerpo, entre otros más. En cualquiera de estos casos, acudir a un profesional de la nutrición, es una medida preventiva que le asegura a la paciente una mejor gestión de estos cambios, además de que le ayuda a crear consciencia sobre la importancia que ahora recae en ella para mantener unos niveles adecuados de calcio que le permitan mantener sus huesos sanos y fuertes, y eso se logra con una ingesta diaria de alimentos ricos en calcio, así como, con la realización de ejercicios de fuerza.