Dr. Alejandro Serratosa Sánchez de Ibargüen

La autopsia debería ser siempre completa, especialmente en casos de autopsias judiciales. En autopsias clínicas, en que solo se pretende conocer alguna determinada patología de algún órgano se puede realizar una autopsia parcial, por ejemplo de encéfalo, para estudiar una posible malformación arteriovenosa o el origen del sangrado en una muerte por hemorragia cerebral.

El último paso de una autopsia es la reconstrucción del cadáver, para lo cual se deben colocar las vísceras en su posición anatómica. El colocar el encéfalo en una cavidad distinta de la suya no puede sino calificarse de mala praxis en la realización del estudio necrópsico, independientemente de que pueda o no tener consecuencias posteriores. Piénsese por ejemplo en una exhumación que se realiza diez o quince años después buscando tóxicos que se almacenan habitualmente en vísceras ricas en grasas como el cerebro. Las muestras se tomarán de donde presumiblemente debería encontrarse el encéfalo. Si se colocó en otro sitio, obtendremos resultados erróneos por mala toma de muestras.